Miguel Murcia

1. Evaluación inicial del estudiante:
Objetivo: Conocer el nivel del estudiante (principiante, intermedio, avanzado) y sus necesidades específicas (comunicación, gramática, vocabulario, etc.).
Acción: Realizar una prueba de nivel o una entrevista inicial para detectar sus intereses, objetivos y estilo de aprendizaje.
2. Establecimiento de objetivos:
Objetivo: Establecer metas claras y alcanzables para cada lección y para el curso completo.
Acción: Adaptar los contenidos según los intereses del estudiante (por ejemplo, si le interesa viajar, adaptar temas relacionados con la cultura y vocabulario turístico).
3. Uso de tecnología y recursos interactivos:
Objetivo: Mantener al estudiante involucrado y facilitar el aprendizaje a través de herramientas digitales.
Acción: Utilizar plataformas de videollamadas como Zoom, Google Meet o Skype, y complementarlas con recursos interactivos como presentaciones de PowerPoint, videos, audios y ejercicios en plataformas como Quizlet, Kahoot, o Google Classroom.
4. Clases dinámicas y variadas:
Objetivo: Evitar la monotonía y fomentar un aprendizaje activo.
Acción: Alternar entre diferentes actividades:
Conversaciones: Simular situaciones reales para practicar la fluidez verbal.
Ejercicios gramaticales: Explicar reglas y practicar con ejercicios interactivos.
Juegos didácticos: Actividades como crucigramas, juegos de palabras, y actividades de roles.
Lecturas: Leer artículos, historias cortas o fragmentos de libros, y discutir su contenido.
Videos: Analizar videos en español, ya sean cortos o películas, para trabajar vocabulario, comprensión auditiva y cultural.
5. Feedback continuo:
Objetivo: Motivar al estudiante y corregir de manera constructiva sus errores.
Acción: Durante la clase, corregir errores de forma sutil y ofrecer explicaciones claras. Al final de la clase, dar retroalimentación escrita sobre los errores comunes, destacando los logros y sugiriendo áreas de mejora.
6. Enfoque en las 4 habilidades del lenguaje:
Objetivo: Desarrollar las habilidades de escuchar, hablar, leer y escribir.
Acción: Integrar actividades que trabajen estas habilidades de forma equilibrada:
Escuchar: Escuchar audios o videos, y realizar ejercicios de comprensión.
Hablar: Conversaciones, debates, narrar experiencias.
Leer: Leer textos, hacer resúmenes o responder preguntas.
Escribir: Escribir textos, correos, o diarios.
7. Adaptación a los estilos de aprendizaje:
Objetivo: Reconocer que cada estudiante tiene una forma diferente de aprender.
Acción: Asegurarse de variar el contenido para personas visuales (imágenes, videos), auditivas (audios, explicaciones orales) y kinestésicas (juegos, actividades prácticas). Esto asegurará que todos los tipos de aprendices se sientan cómodos y puedan aprender eficazmente.
8. Asignación de tareas y recursos adicionales:
Objetivo: Afianzar lo aprendido en cada clase y hacer que el estudiante siga practicando fuera de la clase.
Acción: Al finalizar cada lección, enviar tareas, lecturas o ejercicios en línea que se puedan revisar en la próxima clase. Utilizar apps o plataformas como Duolingo, Babbel, o Memrise para tareas adicionales.
9. Motivación y seguimiento:
Objetivo: Mantener al estudiante motivado y comprometido con el proceso de aprendizaje.
Acción: Crear un ambiente de apoyo constante, celebrar avances pequeños y grandes, y mantener una actitud positiva. Establecer reuniones periódicas para evaluar el progreso y ajustar las metas.
10. Cierre de la clase:
Objetivo: Refuerzo de lo aprendido y dejar material para la reflexión.
Acción: Resumir los puntos clave de la lección, responder dudas y proporcionar recomendaciones para seguir aprendiendo fuera del aula.