Job Leiva

Durante mi experiencia como docente de español, tuve la oportunidad de trabajar con estudiantes de diversos niveles y orígenes, lo que me impulsó a diseñar clases que combinaran teoría con práctica, siempre orientadas a hacer el aprendizaje lo más accesible y entretenido posible.

Una experiencia particularmente enriquecedora fue un curso intensivo para adultos principiantes. Al iniciar el curso, me di cuenta de que muchos se sentían intimidados por la gramática y el vocabulario, por lo que decidí romper el hielo con actividades lúdicas y colaborativas.

Dinámicas utilizadas:

Juegos de rol:
Los estudiantes se dividieron en pequeños grupos y representaron situaciones cotidianas, como presentarse en una entrevista de trabajo, ir de compras o pedir indicaciones en la ciudad. Esta actividad les permitió practicar frases comunes, mejorar la pronunciación y ganar confianza al comunicarse en contextos reales.
Bingo de vocabulario:
Para repasar las palabras aprendidas, preparé tarjetas de bingo con vocabulario temático. Mientras iba describiendo las palabras con pistas o mostrando imágenes, los estudiantes marcaban en sus tarjetas. Esta dinámica fomentó la escucha activa y la asociación visual, facilitando la retención de términos nuevos.Resultados observados:

Los estudiantes mostraron un mayor nivel de participación y motivación, superando el miedo inicial a equivocarse.
Se notó una mejora significativa en la fluidez y la confianza al hablar, ya que el ambiente de la clase era relajado y colaborativo.
La combinación de actividades visuales, auditivas y prácticas permitió que incluso aquellos con estilos de aprendizaje diferentes encontraran su método preferido para asimilar el idioma. resumen, la clave de esta experiencia fue crear un ambiente inclusivo y dinámico en el que el error se percibiera como parte natural del aprendizaje, haciendo uso de estrategias interactivas que facilitaron que cualquier persona, sin importar su nivel previo, pudiera aprender español de manera fácil y amena.